Y como todas las noches,
soñaba con reunirse con él. Mi amado, cuánto te he echado de menos…-pensaba
ella-. Mientras apaga la luz para irse a dormir.
De repente parece que todo
se para muy despacio, todo deja de funcionar, la música ya no suena… Alguien
parece que llama a la puerta de una manera extraordinaria.
Una enorme luz cegadora le
da la bienvenida, la música de fondo en su cabeza le ayuda a llegar a ese
paraíso tan deseado, como si de un ángel ella misma se tratase.
Hasta que…
-¡Reanimación! ¡Carga
doscientos!
- Pero que coño…-piensa ella
echando una ojeada a la sala-. En una de las fotos del doctor encuentra a su
marido. -¡Merda!
- ¡A entrado en paro de
nuevo!
- ¡Yo quiero morir doctor! -grita
en el silencio-.
- ¡Guantes! Vamos nenas,
tenemos que salvar una vida… No se preocupe señora, está usted en las mejores y
sexys manos de este hospital… ¡Carga 300!
(Comienza una gran disputa
entre la vida y la muerte).
- ¡Oh carallo…! Fixémola
boa… ¿es que non pode unha morir tranquila?
Entre tanto y cuanto la
muerte utiliza sus mejores armas para ganar esta batalla y la vida acude a sus
mejores recursos.
- ¡Ascensor! Bien ya eres
mía… te salvaré de esa esqueleto andante.
Ambas luchan sin cesar por
su objetivo.
Y por un momento conectan.
Se han olvidado de él, que está a punto de subirse a la montaña rusa de la
incertidumbre.
Vida y muerte lo persiguen
aterrorizadas, escalera arriba, escalera abajo.
Y… ¡Pum! ¡Parece que alguien
se ha llevado un buen golpe!
La vida ha vencido. Pero…
¿qué opinará ella cuándo despierte?
- ¡Pam! Vamos a ver Jon
Travolta, que eres un Jon Travolta ¿queres deixarme morir en paz? - Xa vou
querido, estos fogos artificiais van por ti-.
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